El día 13 de marzo de 2013 tuvo lugar la mesa redonda “De la Reforma al Artículo 3° Constitucional a la Reforma de la Educación”.
Contó con la presencia de la profesora organizadora Ana María Salmerón y
los profesores exponentes: Arturo Ballesteros y Manuel Gil Antón.
Ballesteros señaló tres líneas
por las cuales se encaminaría su discurso respecto a la reforma: Primero
cuestionar y analizar una posible articulación entre la reforma del
sexenio pasado y la del presente. En segundo lugar, la discusión en
torno al maestro como un profesional, y en tercer lugar si es que la
reforma ha planteado y utilizado en su discurso el término “calidad”
¿cómo está siendo entendida esta?
Además problematizó las formas y
los efectos que la evaluación ha propiciado respecto, sobre todo, a la
figura del maestro. Considera que los criterios empleados, son
insuficientes e incluso inútiles puesto que quienes evalúan y con ello
acreditan a los docentes, son, casi siempre, agentes extraños, que no
conocen a fondo las actividades de los profesores y que, generalmente,
están más vinculados con una estructura sindical que con las prácticas
educativas.
Con este mismo tono, comentó
cómo a partir de estos mecanismos y sobre todo de quienes los emplean,
se muestra, a la sociedad, una concepción de lo que la educación,
supuestamente es, y que lamentablemente es la que ha imperado a lo largo
de muchos años; algunas de estas consideraciones son, por ejemplo el
hecho de que la educación sea autoritaria, desvinculada de las
condiciones sociales y personales de los estudiantes, etc.
Por último dejó una pregunta
que es necesario responder, sobre todo por quienes, a su juicio, son los
más criticados por la reforma en curso. La cuestión es: ¿Qué aspectos
quedan dentro y cuáles quedan fuera al considerar hacer una reforma en
el ámbito educativo y cómo es posible implementarla y con ello llevar a
cabo un plan de trabajo efectivo?
Tocó el turno a Manuel Antón,
quien nos invita a construirnos una intuición respecto a la reforma, a
través del análisis de la misma. Su intuición consiste en que el
problema principal que la reforma señala es la mala calidad de los
profesores.
A su juicio, la mala fama que
los maestros tienen ha sido, principalmente, producto de una
generalización por parte de los medios de comunicación, y si bien, estos
han señalado algunas carencias en algunos docentes, esto no implica
que, de hecho, todos posean este tipo de deficiencias.
Considera que al partir de la
hipótesis, como lo hace la reforma, de que el maestro es el problema a
corregir, lo que sucede es que se dejan de considerar otros aspectos que
también influyen, y con mayor fuerza, en cuanto a la calidad
insuficiente de la educación en México. Por ejemplo, la extrema
desigualdad social y económica entre la población mexicana.
Otro problema, que ha sido
constante, es que la educación en México, parte de una estructura
corporativa, que ante las dificultades y en general el desarrollo de la
educación, deja de lado aspectos vitales como el antes mencionado, y
sólo toma en cuenta, las soluciones y los programas que vayan a
beneficiarla y con ello reforzar su carácter estructural-corporativo.
Coincidió, junto con
Ballesteros que el problema de la evaluación, no sólo radica en quienes
la realizan, sino también la forma en que lo hacen, que es siempre
descontextualizada y estandarizada, pero además se ha confundido,
evaluación con examinación, lo cual genera consecuencias importantes.
Finalmente, para ambos
expositores, es necesario analizar y criticar el carácter y los posibles
efectos y defectos que esta reforma generará no sólo dentro de la
estructura administrativa educativa, sino de quienes participan
activamente en las prácticas académicas de la misma.
Reseña de Sandra Leticia Reyes Alvarez
Fuente:
No hay comentarios:
Publicar un comentario