Hablando sobre su íntima y feliz relación con la enseñanza
universitaria durante los 25 años que la ha ejercido, fue como el doctor Juan
Mata Anaya, de la Universidad de Granada, España, inició la conferencia
inaugural de la Escuela Internacional
MADEMS, aseverando que hay poco que ofrecer como profesor si uno no vive
el proceso de enseñanza con felicidad.
Reconoció que en la actualidad parece que la humanidad ha
pasado a un segundo plano en los objetivos de la educación, por lo que es
necesario retomar un enfoque dirigido a la dignificación y formación del ser
humano ya que el hombre es la medida de todas las cosas. A este respecto citó a
Séneca, quien hace 20 siglos ya planteaba en sus epístolas que “aprendemos no
para la vida sino para la escuela” (Lucio Anneo Séneca. Epístolas morales a Lucilio. Epístola 106). Por ello, el gran desafío de los maestros de
hoy es enseñar a sus alumnos para la vida.
En el proceso de enseñanza el profesor debe hacer del
estudio y la lectura algo que tenga sentido práctico para sus educandos, porque
si no es así, lo demás será petulancia. Para apoyar esta idea se ayudó de
Francisco Petrarca, testigo de esta misma situación en su época, escritor del
siguiente diálogo entre el gozo y la razón:
Gozo: Escribo libros.
Razón: Mejor harías en leerlos, y
mucho mejor sería si convirtieses lo leído en una buena norma de vida. El
conocimiento de las letras solo es útil si se pone en práctica y se confirma
con obras, no con palabras.
(Francesco Petrarca, De los remedios contra próspera y adversa
fortuna, XLIV).
Así pues, para ayudar a los jóvenes a comprender y nombrar
el mundo que nos rodea, puntualizó que el maestro debe evitar plantearse 2
preguntas: ¿Qué debo hacer?, y ¿qué puedo hacer? La primera porque un buen
profesor no debe esperar a que los demás le digan lo que hay que hacer, y la
segunda porque, aunque puede manifestar una mentalidad adaptativa, también
resulta fatalista porque implica una renuncia a muchas posibilidades.
En realidad el docente debe preguntarse: ¿QUÉ QUIERO HACER?
De esta manera asume la responsabilidad de dirigir la clase y de conseguir los
objetivos que se propone en su planeación, lo cual contribuye a que sea un
proceso feliz. Por ello, enfatizó que deberían ser los propios profesores
quienes elaboraran el currículo de materias.
Dada su experiencia docente, el doctor Mata está convencido
de que “educar es básicamente enseñar a leer” y de que todos los profesores,
independientemente de la materia que impartan, deben involucrarse en la tarea
de enseñar a leer los códigos en los que se basa su enseñanza. El lenguaje
musical, el lenguaje filosófico, el matemático y el poético, pues todos los
docentes son expertos en el lenguaje, de modo que todos contribuimos a
codificar y fijar la lectura, llevándola a la experiencia de vida. Y es que el
lenguaje es el principio de identidad básica. Con las palabras elaboramos
mundos, teorías y sueños. También podemos engañar y destruir, pero sobre todo,
cuando aprendemos, lo podemos hacer porque confiamos en las palabras.
“Sean profesores con entusiasmo”, invitó a los estudiantes
de posgrado y se refirió a recientes estudios sobre el cerebro que ponen de
manifiesto que todo pensamiento está precedido de una emoción, aunque sea por
milésimas de segundo, lo cual se puede ver en las imágenes del cerebro que se
iluminan por áreas de acuerdo a los estímulos recibidos por el individuo en una
emisión de positrones, por lo que no es posible separar el pensamiento del
sentimiento, así que reiteró: “Hagan de su materia una profesión con pasión”.
Finalmente, mencionó tres obligaciones básicas de los
profesores:
1.
Buscar el
conocimiento, lo cual se consigue mediante el proceso de investigación y
lectura, pero también a través del diálogo con maestros de mayor experiencia,
es decir, ir en busca del pensamiento.
2.
Expandir
ese conocimiento, pero hacerlo con modestia frente a los alumnos.
3.
Generar
más conocimiento a partir de su práctica y del diálogo permanente con sus
compañeros.
El doctor Juan Mata Anaya junto con la maestra Andrea
Villarrubia Delgado, docente de educación secundaria y bachillerato por más de
dos décadas, dirigen el seminario de formación literaria que, dentro del marco
de la Escuela Internacional MADEMS 2013, se lleva a cabo del 29 de julio al 2
de agosto, de 10 de la mañana a 2 de la tarde en el Aula Magna del Instituto de
Investigaciones Filológicas.