31/7/13

“La educación literaria: un saber para la vida”



Hablando sobre su íntima y feliz relación con la enseñanza universitaria durante los 25 años que la ha ejercido, fue como el doctor Juan Mata Anaya, de la Universidad de Granada, España, inició la conferencia inaugural de la Escuela Internacional  MADEMS, aseverando que hay poco que ofrecer como profesor si uno no vive el proceso de enseñanza con felicidad.

Reconoció que en la actualidad parece que la humanidad ha pasado a un segundo plano en los objetivos de la educación, por lo que es necesario retomar un enfoque dirigido a la dignificación y formación del ser humano ya que el hombre es la medida de todas las cosas. A este respecto citó a Séneca, quien hace 20 siglos ya planteaba en sus epístolas que “aprendemos no para la vida sino para la escuela” (Lucio Anneo Séneca. Epístolas morales a Lucilio. Epístola 106).  Por ello, el gran desafío de los maestros de hoy es enseñar a sus alumnos para la vida.

En el proceso de enseñanza el profesor debe hacer del estudio y la lectura algo que tenga sentido práctico para sus educandos, porque si no es así, lo demás será petulancia. Para apoyar esta idea se ayudó de Francisco Petrarca, testigo de esta misma situación en su época, escritor del siguiente diálogo entre el gozo y la razón:

Gozo: Escribo libros.

Razón: Mejor harías en leerlos, y mucho mejor sería si convirtieses lo leído en una buena norma de vida. El conocimiento de las letras solo es útil si se pone en práctica y se confirma con obras, no con palabras.

(Francesco Petrarca, De los remedios contra próspera y adversa fortuna, XLIV).

Así pues, para ayudar a los jóvenes a comprender y nombrar el mundo que nos rodea, puntualizó que el maestro debe evitar plantearse 2 preguntas: ¿Qué debo hacer?, y ¿qué puedo hacer? La primera porque un buen profesor no debe esperar a que los demás le digan lo que hay que hacer, y la segunda porque, aunque puede manifestar una mentalidad adaptativa, también resulta fatalista porque implica una renuncia a muchas posibilidades.

En realidad el docente debe preguntarse: ¿QUÉ QUIERO HACER? De esta manera asume la responsabilidad de dirigir la clase y de conseguir los objetivos que se propone en su planeación, lo cual contribuye a que sea un proceso feliz. Por ello, enfatizó que deberían ser los propios profesores quienes elaboraran el currículo de materias.

Dada su experiencia docente, el doctor Mata está convencido de que “educar es básicamente enseñar a leer” y de que todos los profesores, independientemente de la materia que impartan, deben involucrarse en la tarea de enseñar a leer los códigos en los que se basa su enseñanza. El lenguaje musical, el lenguaje filosófico, el matemático y el poético, pues todos los docentes son expertos en el lenguaje, de modo que todos contribuimos a codificar y fijar la lectura, llevándola a la experiencia de vida. Y es que el lenguaje es el principio de identidad básica. Con las palabras elaboramos mundos, teorías y sueños. También podemos engañar y destruir, pero sobre todo, cuando aprendemos, lo podemos hacer porque confiamos en las palabras.

“Sean profesores con entusiasmo”, invitó a los estudiantes de posgrado y se refirió a recientes estudios sobre el cerebro que ponen de manifiesto que todo pensamiento está precedido de una emoción, aunque sea por milésimas de segundo, lo cual se puede ver en las imágenes del cerebro que se iluminan por áreas de acuerdo a los estímulos recibidos por el individuo en una emisión de positrones, por lo que no es posible separar el pensamiento del sentimiento, así que reiteró: “Hagan de su materia una profesión con pasión”.

Finalmente, mencionó tres obligaciones básicas de los profesores:

1.       Buscar el conocimiento, lo cual se consigue mediante el proceso de investigación y lectura, pero también a través del diálogo con maestros de mayor experiencia, es decir, ir en busca del pensamiento.

2.       Expandir ese conocimiento, pero hacerlo con modestia frente a los alumnos.

3.       Generar más conocimiento a partir de su práctica y del diálogo permanente con sus compañeros.

El doctor Juan Mata Anaya junto con la maestra Andrea Villarrubia Delgado, docente de educación secundaria y bachillerato por más de dos décadas, dirigen el seminario de formación literaria que, dentro del marco de la Escuela Internacional MADEMS 2013, se lleva a cabo del 29 de julio al 2 de agosto, de 10 de la mañana a 2 de la tarde en el Aula Magna del Instituto de Investigaciones Filológicas.

22/7/13

Un legado de Heriberto Frías y José Guadalupe Posada: La Biblioteca del Niño Mexicano

Uno de los recursos con relatos sobre México, que incluye mitos, leyendas y otras narraciones tradicionales, se encuentran resguardados en la Biblioteca del Niño Mexicano.

Los relatos abarcan temas como la justicia, el honor y otros valores; así como la Conquista o creencias populares. La redacción de los relatos quedó a cargo de Heriberto Frías, quien se encargó de recuperar algunas de las narraciones orales para dar forma a la biblioteca. 

El valor agregado de esta valiosa colección, se lo otorga nada menos que el artista visual José Guadalupe Posada. Sobre todo, se encargó de realizar una serie de grabados para adornar las portadas de la Biblioteca del Niño Mexicano. 

El principal objetivo de los textos era instruir a la niñez y juventud de principios del siglo XX. Sobre todo, porque que rescataban pasajes de la historia y las leyendas de tradición popular de México. Actualmente, se pueden apreciar los grabados de la colección en la red, así como algunos de los textos completos.

Aquí se ofrecen alguna ligas para recuperar este material que puede resultar interesante y valioso para los docentes.